lunes, 15 de noviembre de 2010

The way we weeeeeeere

Vine a Londres, para quedarme, desde Malta. Ryanair a Luton. En el avión me senté junto a un matrimonio entrado en años que volvía de pasar dos semanas bajo el sol maltés (yo fui a visitar a una amiga que trabajaba en el rodaje de Agora).


La abuela voladora me contó que ellos habían vivido en Londres toda su vida, pero hacía algunos años ya que andaban instalados muy cerca de Luton.


WHY?


Porque Londres les daba P.A.V.O.R.


Me habló de la violencia callejera y de lo chungo que se había vuelto todo en general. Yo la escuché compungida: ¿que coño se me había perdido a mí en Londres, si llevaba dos años dando tumbos como una infeliz? La vida se me echaba encima como un peso pesado y estaba metida en un embrollo personal de agárrate y no te menées.


Casi tres años despues el embrollo va mucho mejor. Vivo en una zona no demasiado segura del Este londinense y me encanta - no la falta de seguridad, el barrio en sí.


Cada vez que me pongo enferma me atacan los recuerdos.


Y eso es así.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Despues de la tormenta, vendaval.

No tiene pinta de que a estas alturas del cuento nadie, en su sano juicio, se sorprenda del amor insobornable que le profeso a mi bookshop. Pero cari, si eres un nerd y vas a casarte (da igual el orden), no seas cutre: no nos des tu lista de boda. Sobre todo exisitiendo la posibilidad, que existe, de que los cabrones simpáticos de Skoob te vayamos a elegir las copias mas chuscas de To kill a mockingbird y demas topicazos que tçu y tu media albóndiga deseáis. No, mal.

Ahora hablare del DINERO.

Puaj.

Esto es todo por hoy.