martes, 27 de diciembre de 2011

Parques extraviados


Suelo perder cosas a menudo, pero siempre las acabo encontrando, antes o después. Me saca de quicio perder cosas, o no controlar una situación. Por eso las drogas me dan pánico.

He perdido un parque. Es el segundo.

La primera vez que perdí un parque fue en Edimburgo. En verano 2002 me fui allí con unas amigas a pasar el verano, y descubrimos un parque con cisnes que luego, cuando me mudé dos años después, no conseguí encontrar de ninguna manera. Sabía que estaba por la zona de Inverleith, pero nada, no aparecía. Me marché de Edimburgo, volví a Madrid y me fui a Londres. Entonces un día volví a Edimburgo de visita, y me fui a pasear sola. Se me había olvidado el parque por completo. Era un día muy gris, típico, y yo estaba medio triste por algo que ni recuerdo, y escuchaba a Martha Wainwright en modo loop con un mp3 que aún uso. Caminaba ensimismada, pensando en mis cosas, y me adentré por un caminejo...



... al final del cual apareció esto:


Me quedé petrificada. ¡El parque con cisnes!










Hay un parque en Londres que nunca he vuelto a encontrar. Tropecé con él de casualidad en verano 2005, cuando yo era una simple turista más. Llevo viviendo aquí desde abril 2008 y no logro dar con él, lo he buscado muchísimas veces. Me suena que está por la City, bien detrás de Liverpool Street, bien por la zona de Monument o Bank. No es un parque, es una zona verde muy pequeña llena de ejecutivos que, por parejas o solitos, comen sandwiches. Tengo una foto:


¿Alguien lo conoce? ¿¡Dónde está?!


viernes, 23 de diciembre de 2011

Cartas a Ro


Querida Ro,


Mi casa tiene cuatro plantas y un jacuzzi roto. Acaba de irse mi flatmate inglés a Winchester, a casa de su madre por Navidad. Estoy sola en estos cuatro pisos. Tengo un cuaderno nuevo, a rayas.


Al despertarme esta mañana he decidido que mi pelo despeinado me favorece sin medida. Llevo la parte de arriba de un pijama a cuadros y mallas rotas. Calcetines navideños del Primark.


Hay un café cerca de mi casa, Tina, we salute you, donde se ruega a los padres que se abstengan de traer a sus hijos si estos son de los que dan la lata.


Ro, has sido madre. Se llama Olivia. Al parecer el símbolo de Vigo es un olivo. ¿Tú sabías eso? Anoche me pinté una uña de azul celeste, sólo una. La estoy observando ahora.


2011 se acaba y yo estoy desquiciada. Busco atención constante, dicen. No queremos ser indulgentes contigo, dicen. ¿Cómo voy a enfadarme?, preguntan. Ojalá tantas cosas.


El desconocido parisino me dijo también que él se prometió a sí mismo no suicidarse hasta que su madre muriera. El día 25 no hay transporte público. Fíjate: las dos caras del radicalismo.


No sé qué hacer. ¿Me voy? ¿Cuándo? ¿A dónde? Pero, heeeeeeeeeey, el "por qué" sí lo tengo.


Debería comprarme una maleta nueva. No debería nada. Querer o no querer. Deber es el infierno. Se acaba la hoja de este cuaderno nuevo; en internet estas cosas se notan menos. Yo creo que han sido los dos cafés, que siento que se me va a salir el corazón por la boca por eso.


Siempre vuestra,


Lu



Londres, a 23 de diciembre de 2011.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Se llama Olivia

Anoche salí por París con un desconocido, uno que sin venir a cuento me espetó: el amor son dos soledades que se protegen. Yo me quedé anonadada, pero él enseguida dejó claro que aquellas palabras no eran suyas, sino de Rilke. Así empezó todo. Luego, durante tres horas, estuvimos debatiendo ciertas ideas que a lo mejor entre desconocidos son más fáciles de exponer sin demasiadas interrupciones. Entre amigos es más normal saltar a las yugulares a la primera de cambio, desapareciendo así cualquier atisbo de cortesía.

Hablamos del sentimiento de culpa, del arrepentimiento, de los instintos y del raciocinio. Él resultó ser completamente amoral, yo todo lo contrario. Nos hicimos amichis, además de ponernos tibios en Chez Prune a base de embutidos y frascas de vino tinto, ¡que ni siquiera me gusta! Nos despedimos a las 2 de la mañana en el Boulevard Voltaire con un efusivo abrazo. Una gran noche.

Justo hace una semana estaba en un antrazo berlinés. Mi amigo y yo nos acoplamos a la celebración de un bodorrio marica. La gratuidad de los gintonics no conoció las fronteras y aquello se convirtió en un todos con todos, harto diver.

compartir soledades debe ser bonito

lunes, 5 de diciembre de 2011

Lo que suele hacerse en la cumbre


¿Quedar como una señora?

Yo no soy una señora

Soy solo una niña

Que se quedará sola


Típicos “versos” que se me ocurren al biciclear mañaneramente a la bookshop. Ahora es cuando todos, oh fans, acudís en tropel a la sección de Comentarios y me gritáis: ¡Lu! ¡No puede ser!, ¡Lu! ¡Eso es impensable!, ¡Lu! ¡Te quiero! Y yo os dire: muy bien, y cuando digo bien, es, bien; pero cómo explicaros que llevo cinco años (cinco, gracias) de penez sentimental. Elijo mal, no lo discuto. Tampoco discuto los buenísimos momentos que ha habido durante este lustro, no penséis que esta es una carta de suicidio (¡suicidios a mí!).

Me acuerdo a menudo del personaje de Jean-Pierre Bacri en Como una imagen (Agnes Jaoui, 2004). Interpreta a un novelista de éxito en plena sequía creativa. Su joven segunda - o tercera - esposa le deja, por pesao, y él se pone muy contento porque está convencido de que un abandono es justo lo que necesita para que la inspiración vuelva a su ser… pero no vuelve, y se queda muerto al descubrir que, no solo le toca pasarlo mal, sino que de todo este dolor no va a sacar ni para un microrrelato.

Confieso que estos cinco años de penurias varias (me retiro, by the way) lo único que me han inspirado ha sido este poemilla que abre el post de hoy. ¡Viva!

La editorial bien, gracias. Salimos en febrero con Gorki y Arrabal. Libreros de España, ¡uníos! Y guardadnos un huequito en las mesas de novedades, sivuplé.

La cuestion ahora es: ¿Madrid o Barcelona?



miércoles, 30 de noviembre de 2011

Golazos de toda la vida

Escribir algo genial no es ni siquiera un challenge: es una obligación. Y yo, que desayuno paté la piara tapa negra cada día de mi vida (ojalá), pues eso que tengo ganado. Fui a Barcelona, volví de Barcelona. Estaba hace un rato tratando de poner cierto orden en la sección de Narrativa – aquí le decimos Fiction – y ha venido una chica y se ha tirado un pedo. Pues muy bien, claro que sí, un pedo de toda la vida. Entonces he dejado de hacer lo que estaba haciendo y me he dirigido al mostrador a la vez que gritaba: ¡no puedo trabajar si la gente se tira pedos a mi vera! La chica ha tardado muy poquito en salir por patas, suerte cari. Los pedos, en la calle. Fui a Barcelona y desayuné bocadillos de fuet cada mañana. Volví de Barcelona. Me han hecho unas tarjetas en plan “Lucía Barahona, editora”, y amenazan con regalarme una blackberry para poder leer los emails en tiempo real. Yo por mi parte me compré un secador, aunque esta mañana, huelga decir, le he usurpado el suyo a la griega que toca el piano. Lucía es una librera sexi de costumbres fijas. Bueno, hay una costumbre que llevo queriendo aniquilar por los siglos, pero ahí está la tía, permanece inmutable. O eso es lo que ella (la costumbre) se piensa, en realidad poquito a poco voy ganándole la batalla y ella (la costumbre) parece que no se está dando mucha cuenta. De soslayo le voy comiendo terreno y me niego a pensar que ella (la costumbre) sí es consciente de todo esto y se está haciendo la loca para de repente un día, cuando menos me lo espere, ¡zas!, meterme un golazo como los que marca el Madrid, de toda la vida. ¿Puedo negarme a esto? ¿Es posible negarse a la evidencia? Yo quiero ser un pony. Pues mira, no puedes; pero eso no quita para que una vez escribiera un cuentito espectacular, MI PASADO COMO JACA. Ahí va:


Yo nunca fui una jaca normal, pues desde muy temprana edad me vi obligada a trabajar como jaca de carreras para sacar a mi familia de la crisis monetaria que sufrimos cuando apenas contaba siete añitos. Pero aquí no comienza mi historia, de hecho comienza el día después de mi nacimiento. Acababan de traerme a casa tras un parto corriente, cuando ocurrió lo inevitable: mis padres no se habían imaginado que yo pudiera nacer jaca, así que mi cuarto no estaba adaptado a esta situación. La cama no era de paja sino que era un pequeño moisés blanco con adornos florales. No habían tenido suficiente con eso sino que encima de la supuesta dormidera había una especie de todo-terreno circular que daba vueltas y sonaba sin parar haciéndome vomitar cada vez que mi sistema auditivo detectaba un “Do”. Por lo demás, mi cuarto era normal. Lo que más me gustaba era el medidor de jacas que había en la pared. Me encantaba medirme y ver mis progresos día a día hasta que una tarde, sin previo aviso, jugábamos mis amigos humanos y yo a medirnos cuando de pronto uno de ellos advirtió que yo era una jaca. Todos se asustaron primero para pasar después a mofarse descaradamente de su amigo peludo. Esta falta de apoyo me lastimó profundamente, pero decidí seguir adelante gracias a la ayuda de mi familia.

domingo, 13 de noviembre de 2011

NINGÚN POEMA DE AMOR


Hacer un canto desesperado a la soledad vía blog no queda elegante. ¿O sí? Ya lo he dicho anyway. O podría poner palabras sueltas en plan qué-rompedora-soy-uy-soy-poeta: orgasmo; drogas; San Bukowski. Me reconcome un qué se yo, no lo sé, de verdad. Si lo supiera no lo diría: actuaría, lo machacaría. Pero como no lo sé, tiro de internet, no sé muy bien para qué. ¡Son etapas!, dicen. ¡Ya lo sé!, digo. ¡Aguanta!, me piden. ¡No os fallaré!, miento.



Querida Ro,


Ya tengo 30 años. 2011 es larguísimo. Me voy a Barcelona pronto. Y a París. Y a Berlín. A Madrid no. ¡¿Es que nadie lee a Gogol?!



El otro día, mientras me hacía la cena, escuché por la radio un programa sobre los grandes mitos del cerebro humano (que si el hemisferio izquierdo, que si el derecho, que si la luna). Me llevé los macarrones con chorizo en un tupper para devorarlos al día siguiente en la bookshop. Estamos en plena revolución de las estanterías, lo hemos cambiado todo de sitio y al Compi y a mí nos tocó cargar a pulso un camión inmenso donde cupieron, hola, cientocincuenta cajas, de libros. Al final del día no éramos personas, sino migajas. Él se echó a llorar y yo me fui al cine, gratis, a ver Tinker Taylor Soldier Spy. Ni fu ni fa. Me gustó mucho un actor pelirrojo que hace de Peter, creo. ¡Qué cara tan maja! Una vez soñé que estaba en las gradas del patio de mi colegio, con mi edad de ahora, y me giraba porque alguien me había empujado sin querer y era una chica pelirroja, en plan flechazo. La chica en cuestión trabaja en una librería junto a la mía. Pero sueño muchas cosas, algunas me revuelven el estómago a pesar de que el contenido sea maravilloso. Leo a Alfred Jarry sin parar, soy súper fan. Esta tarde-noche voy al concierto del Sr. Chinarro, me han invitado. Mi casa sigue siendo un desastre: ahora mismo no podemos usar uno de los baños porque algo pierde agua por algún lado y tenemos goterones en la cocina que nos impiden encender la luz (cortocircuitos) y nos obligan a llevar los cascos de las bicis puestos porsilasmosacas se cayera el techo de la cocina. No sería la primera vez. El albañil viene el martes y ayer el casero nos dijo que nos iba a subir el alquiler. Los compañeros de piso me pidieron que me fuera (a tomar el aire) porque me puse como una energúmea a gritarle. Voy a Barcelona por temas editorialescos, la última A de la nueva cabecera (¡gracias Coco!) de La Chica Automática es el logo de Automática Editorial. Ya tenemos a cinco autores cerrados, la web saldrá antes de navidad y todo va así, lento pero constante. Anoche me negué a ir al bingo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Penurias y aventurias en la Gran Patraña

Los ingleses, también los escoceses y digo yo que los galeses, no voy a volver a contar lo de la cucharita sucia del te.


En el Reino Unido viven y estudian griegos a puñados. Su acento, en cualquier idioma, es parecidísimo al español y suelen confundirnos a los unos con los otros bastante, si bien es verdad que los españoles somos más famosos y se pregunta más "are you Spanish?" que "are you Greek?". Muy pocos griegos desempeñan trabajos cualquieras de camarero o dependiente, la mayoría está aquí haciendo su primer o segundo o tercer máster, o bien tienen trabajos muy serios, en laboratorios, universidades o corporaciones informáticas.


Los británicos, un porcentaje muy elevado de ellos, se expresan con una claridad, un vocabulario y un control cuasi-demagógico que proviene de haber tenido la BBC desde pequeños. Esto me lo aclaró mi amigo Iván el otro día.


Parece que la verdadera naturaleza de un británico es ser tendero o académico. En ambos casos resulta imprescindible ese don de la palabra que casi todos poseen. Reciclan absolutamente todo, desde tazas y cubiertos a ropa, pasando por libros, cacharros varios, CD's, juguetes o espejos. Hay charity shops a punta pala, y se organiza un car boot sale en cualquier momento y en cualquier sitio. Y todo para acabar ganando 20 libras tras un día entero de compra-venta. Pero es parte de su cultura, pasear por entre mercadillos y volver a casa con un candelabro semi destartalado que, pasado un tiempo, volverá a ser vendido en otro mercadillo o donado a una charity. La segunda mano no es un moda pasajera, si acaso se parece más a una primera fase del Síndrome de Acumulación Compulsiva.


Los británicos son políticamente correctísimos, casi todos y casi siempre. No sé si esto también proviene de haber mamado BBC, pero la flema británica, como suele llamársele, existe. Se consideran dueños y señores del sentido del humor más fino e inteligente de cuantos pueda haber. Personalmente me entusiasma su capacidad infinita para la ironía que parece educada pero pero que en realidad es harto corrosiva. Me gusta menos su creerse a pies juntillas que nadie más, salvo un británico, está capacitado para ser tan inteligente, en el humor en este caso, como ellos. Creen de verdad que son únicos y que dominaron el mundo entero años ha por algo. Resulta una paradoja evidentísima para todos menos para ellos el cómo siendo una cultura tan acostumbrada a tratar con todo tipo de nacionalidades, tan abierta a la inmigración que llega y llega a su isla para aprender su idioma entre otras cosas, ese idioma del que están tan orgullosos que muy pocos se plantean si quiera la curiosidad de aprender uno distinto, tan correctos en general, tan poco exaltados, tan conscientes de las dificultades sociales y políticas y económicas y educativas del mundo entero (hablo de los que leen el Guardian), incluso el más anárquico no se salva de decir en alguna ocasión, con el corazón henchido y boca salivante, cómo su país llegó a gobernar todas las aguas y todos los lares y cómo el inglés se afianzó como el primer idioma del mundo, cómo Londres es la ciudad más importante de Europa y casi del mundo, cómo su cultura es la más rica (ni voy a mencionar las expoliaciones, uy, lo acabo de mencionar) y cómo son tan únicos en general que ni han perdido su moneda ni se han dejado influenciar jamás por ninguna de las muchísimas culturas con las que han entrado en contacto: siempre fuimos y seremos comos somos: excéntricos y creyéndose realmente el ombligo del mundo. A mí me resulta entrañable que se crean de verdad esto, sin plantearse ni por un segundo, ni aún mirando de frente el Royal Pavillion de Brighton, ese edificio horrendo de color salmón que para ellos es "the most wonderful royal pavillion of the world" y clama al cielo lo indiscutiblemente no bonito que es. No distinguen entre la Catedral de Canterbury y algo horroroso: si ambas edificaciones son británicas, ambas son maravillosas, y eso es así. Son muy graciosos en su excentricidad congénita y ciega.



En mi propio mercadillo

domingo, 30 de octubre de 2011

Lu en el país de los 29

Y sí, sí, ¡claro que sí! Esta mañana he sido capaz, a pesar de llevar varios días dándole vueltas, de llegar a la bookshop a las 8.30 en lugar de a las 10.30. Dos horitas de antelación absurdas mu ricas. Y no contenta con eso, además me he enzarzado en una acalorada discusión con la pobre chica que me ha dicho la verdad, la única persona con la que me he topado a esas horas.

Lu - Perdona, ¿son las 9.30 o las 10.30?

Chica - Son las 8.30

Lu - ¡¡¿¿Cómoooooooo??!! ¡¡¡No puede ser!!!

Chica - ...

Lu - ¡¡¡Pero a ver!!! ¡¡¡Si anochece antes, entonces...!!!

Chica - ...

Lu - ¡¡¡No, en serio, mira, a las tres eran las cuatro, no, a las siete eran las...!!! (parece sacado de Alicia: fíjate, abril tiene 30 días... ¿no?... buenooo)

Chica - A las tres eran las dos

Lu - ¡¡¡¡Mentira!!!! ¿¿¡¡Que no te das cuenta!!?? ¡¡Si se va a hacer de noche antes!!

Chica - Pues eso



And the Biggest Loser Forever is... ME!



Pero antes de esto, pasé dos días encerrada en casa con mi escritor favorito. Tengo dos, ambos muertos. ¿Por qué a la gente le cuesta tanto contestar: "¿a quién te follarías antes a tu madre o a tu padre?"? Es sólo un juego, un juego macabro en el que te imaginas que te están apuntando con una pistola y tienes que hacerlo o te matan: yo no quiero morir.





viernes, 14 de octubre de 2011

Fucsina, vitriolo


Yo lo que quería era llegar a ser más proactiva y menos reactiva, y lo que he conseguido es poder decir ¡¡BAZURA!! con pleno conocimiento de causa. Sí, me he leído - en diagonal claro, y sólo los tres primeros capítulos - Los siete hábitos de la gente altamente eficaz. Yo poseo ninguno. O todos. Soy guay.


De hecho, acabo de descubrir el agua caliente, mirad: si lo que de verdad quieres es ser efectiva en algo (amor, negocios, recetas de cocina, bailar como un robot...) lo único que tienes que hacer es obsesionarte con algo, pero una obsesión de las buenas, de esas que no te abandonan ni a sol ni a sombra y sólo quieres morirte. Cuando empieces a notar que tus ganas de vivir merman considerablemente, ¡bang!, ponte a hacer esas otras cosas que, ni saliendo bien, podrían arrancarte una sonrisa... en el presente inmediato. Pero tú hazlas: de cualquiera manera, sin interés, con interés (fingido). Ya verás como en el futuro lo agradecerás, porque esas cosas que "deberías hacer aunque ahora te importen un pepino pero por algo estarán en esa lista de COSAS A LOGRAR EN MI VIDA", al hacerlas así, sin tener la cabeza casi en ellas, sin importarte que salgan o no, saldrán seguro. Ya te darás cuenta luego.


Soy muy inteligente.

sábado, 8 de octubre de 2011

Dalston nights



Querida Elena,

Robar instrumentos no suele salir a cuenta. ¿No querías machos? Pues ahí te dieron ¿cuántas tazas? Estaba tu novio, tu novio español, otro novio, el que te agarraba del brazo, el que te llevó a casa en coche. No tengas miedo. Estoy leyendo a un ruso que cuenta su vida y toda su infancia fueron gritos y peleas e insultos, y de pronto me acordé de anoche, cuando yo trataba de superar la heterosexualidad mal camuflada de alguien, agarrada a Patsy, mientras por un lado el primo del segurata del Vortex me echaba en cara que no le hacía caso y que casi no había querido bailar salsa con él y por el otro un danés me chillaba no sé qué. Me zafé de este trío infernal enfurecida, me escondí en un rincón y traté de liarme un cigarrillo y la heterosexualidad me siguió y se puso a contarme algo y entonces fue cuando escuché tus berridos: ¡¡¡Lusía, Lusía!!! Abandoné a Patsy, esto te lo juro, y corrí a tu vera, tratando de desengancharte de las zarpas de ese cretino que se creía por encima del bien y del mal y yo que sé cuánto habría escalado esa espiral de terror y angustia, veinte manos intentando liberarte y por fin alguien saca una cadena y agarran a tu agarrante y sales corriendo. No voy a contar más.

Moraleja: no por mucho madrugar hacen los churros antes.

viernes, 7 de octubre de 2011

ERGINA


Ergina Sampiatanki wouldn't be able to tell the difference between a moth and an ashtray, no matter the times we have explained it to her. Poor thing.


Whenever she has a boyfriend she gets so confused that she starts imitating them, as if they were cool. She now owns an electric toothbrush, a horrific bathrobe and a smart-mobile which has no torch nor numbers, because she doesn't have any friends nor sheeps.


She sings opera, not really, but she sings opera. She is not even an arty-farty chick, she just looks like an aunt, anyone's aunt.


She likes spitting on frying pans to check if they are hot enough and basically she's a barbarian. She too comes from Greece, like the other greek in the house. No more greeks, God is merciful.


Never in her life has she watched a film, although she keeps saying she has seen all of Tarkovky's. The truth is she may have watched a few Ferrero Rocher ads, and in her little brain that is Russian film-making.


She snores quite loudly, even though she has no nose. She lost it on the same adventure she lost her thumb's nail. She was trying to close a car's door and somehow she managed to close it.


She is no idiot, I hope you haven't got this impression so far. She plays the piano and also little bottles she fills with rice and lentils, already boiled, so that they make no sound.


Her diet consists of Metaxa, a Greek brandy, and olives she hates but tries to swallow for the sake of her ancestors, the villagers from Crete.


Everytime she goes into a plane she screams and screams until she gets a tube of Smarties to inhale. She should never have quit smoking, she isn't even a baritone anymore. Her voice reminds us of a squeaking snail with no house, a slug.


Her hair, please don't make me talk about her hair.


Instead I will talk about her skills... erm, gardening. She plants runner beans like there is no tomorrow and she then expects us to eat them, even if they come out pink with black dots.


She is so funny it hurts. Once she told a joke and all the flatmates, because she is also my flatmate, gathered to kick her out of the house. But she wouldn't go.


Her soul is stinky, as are her runner beans. She gets lost even when she goes to Stansted Airport. It doesn't matter if you have left her inside the train that would take her there, she will get off a few stops before she's due and then cry when the airport is nowhere to be seen.


I love her to bits, I really do. It took us a while to become friends. When she first moved into the house she was hardly ever not in Skype, talking to God knows who, but finally she gave up the social networks and began socializing with the rest in her peculiar way of grunting instead of chatting.


She is a music therapist with no boundaries. She can treat an schizophrenic as she can treat a piece of blank paper. She listens quite well, I promise.


In a few years time I see her as a USB.


She likes to salt and pepper her pillows and those of her acquaintances, and then forgets all about it. More than twice she has been punched for this, but she laughs.




Yo misma, Ergina y Maria

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Respirar y meditar


La paciencia es la madre de la ciencia... ¡¿¡¿¡¿Y a mí qué tu perro?!?!?!


Respira hondo Lu, eso es. Respirar y meditar. Un consejo: si tenéis dudas sobre la vida, no recurráis a google, pues irremediablemente veréis todas vuestras angustias contestadas en bellos portales tales como preguntas.yahoo o enfemenino.com. Y la gente que aconseja por estos ciberlares jamás aprendió a escribir. Soy incapaz de hacerme eco de ninguna buena respuesta porque suelen ser del tipo:


"Koleja, yo 1 ves tube 1 problema paresido y lo mejor ke puedez hazer s no komert la kbeza y tratar de zer felis kon lo k te rodeah".


¡Así no se puede vivir!



Otros asuntos: todavía no sé cuándo pasaré a cobrar por ser Editora en lugar de Librera, pero yo por si acaso ya relleno así los formularios para hacerme socia de jardines en los tejados. Profession: editor. Y a callar. Cuanto antes me lo crea antes lo seré. ¿O no funciona así del todo? Es igual.


Desde aquella ya mítica primera reunión que tuve hace varias semanas, hartas cosas han ido sucediendo. Todas top-secret, eso es así, pero en general se refieren a esta nueva manera que me he inventado para echar a perder mi juventud: la compra de derechos literarios.


¡Me han dicho que YES!


Así que en febrero, esperemos, saldrán a la venta los dos primeros títulos de Automática Editorial... todavía no voy a revelar semejante misterio.


Para esta primera COMPRA sólo he tenido que insistir oncemillonesdeveces. Era como volver al coche familiar antaño y, desde el asiento de atrás y mientras jugaba con mi hermano a los legos, repetir sin parar: ¿queda mucho? ¿cuánto falta? ¿hemos llegado? Pero, el que la sigue la consigue (no siempre, eh), y antes de ayer me llegó el bendito email: p'alante! Sólo necesitamos, me dicen, vuestro VAT. Ipsofácticamente le pedí a Darío - cabeza pensante y pudiente de todo este tinglado - el dato VATO y ¿qué me contesta?



Darío - No tenemos VAT, Lu


Lu - Pues consíguelo


Darío - Es que no hace falta


Lu - ¿Cómo no va a hacer falta si me lo están pidiendo?


Darío - Diles que en España no hace falta


Lu - Me niego a quedar de toli. Apáñatelas y consígueme un VAT



Y me lo consiguió. Y lo envié. Y jamás obtuve respuesta (aún)... oh oh. Respirar y meditar. Además, hace 28 grados y no es cuestión de angustiarse en el parque. ¡London Fields te anmo!

domingo, 18 de septiembre de 2011

MARIA

Maria wears vests, god knows why. We have all tried to stop encouraging her, but she only listens to her imaginary sheep; not that she thinks it's imaginary. Her name, the sheep I mean, because Maria claims she is human, although it is a sheep, as I have already mentioned, is Salty. What a stupid name, huh? Once I told Maria I used to wish I were a she-horse, and obviously she had to copy me in her own way and that is how she came up with the idea of her human sheep.


Maria is already 31, by the way.


She has read one book in her life. It's called A squirrel on my shoulder and it's about a pervert who has a squirrel and puts it inside a bowl full of cream and then asks people to take pictures. This guy is Maria's hero.


She is not rich, nor naturally blonde, but still she is quite happy in her own little world of phantasy and lies.


She wears glasses, and god does she need them. Blind as a bat. She is very pretty, even though, oh well, let's just say she's quite good looking.


She is very much into yoga, and she keeps stretching muscles she shouldn't. Prick.


Once she boiled a potato instead of putting it in the oven and ate it all the same, without sauce, because she is not English, although she thinks so. She is Greek, from a tiny spot called Larissa, hell on earth most likely. I have never been there, she never invites me. I guess she is ashamed of her family, and of her country's typical food.


She sometimes breathes, normally she just smokes, not cigarettes but onions. We haven't had the heart to tell her that is not what you are supposed to smoke. The darling.


Every now and then she sighs humm, Leonardo da Vinci... without any purpose, she just likes the sound of it.


I have known her for seven years, there is no denying it. I have seen her crying and laughing and burping.


Her hair is a fucking mess, but nice. She doesn't dye it or anything. She doesn't even cut it, maybe once every couple of years; not that it grows any fast.


She has one boyfriend and one sheep. The boyfriend is not a sheep, he is a poet drom Indianapolis, or India, one of these far away places no one really knows if they exist or are just fidgets of a lunatic's imagination. They are very happy together, extremely. No kids so far, just the one sheep, Salty.


She has been invited to become a member of the Director's Guild. We are all very jealous of her, but we also don't believe her. It's like the time when she said she went to the moon all by herself without getting lost. Se forgot her camera and couldn't take any pictures.


There is not much more to tell about her, apart from the fact she is my flatmate in London. She hardly ever cleans but I like her all the same, mainly because she cooks beans every single day of her life but still can't grasp why she is such the farter.


We normally get our periods at the same time, although in my case it's just every seco


(y se me acabó el papel)

jueves, 15 de septiembre de 2011

Cartas a Ro


Querida Ro,


Una vez, en Bratislava, o más bien a la vuelta de (Bratislava), empecé a escribir una gran historia. De haberla terminado sin duda estaríamos hablando de una obra inmortal en la Historia de la Literatura. Pero yo aspiro a ser como Anna Kavan; no adicta a la heroína (¿y por qué no?) sino como uno de los secretos mejor guardados del siglo XX. Lo que pasa que ahora es ya siglo XXI, y en casi todas mis fotos del siglo XX salgo en chándal de táctel, morado.


¿Sabes? ¿Qué sabes? Sólo sé que no sepo. No sabo. No sabería. ¿Saber de saber datos o de cuando la comida te sabe o no te sabe?. Te diré un secreto: a veces, aunque las hayas dejado en remojo toda la noche, las judías pintas tardan semanas en estar comestibles. Te lo digo por experiencia: me acaba de pasar.


No te puedes ni hacer una idea de lo que me ha pasado hoy mismo. Ni siquiera yo soy muy consciente del cambio. Porque hablo de un cambio; pero no como cuando te mojas y te cambias de jersey, es más un cambio existencial, sin haber leído jamás a Sartre, ojo.


Tengo una lista de cosas pendientes y he tachado bastantes líneas ya. Me gustaría tanto tener un colchón nuevo. Tengo un peluche, es un perro, pero la gente suele pensar que es un oso. No sé por qué: obviamente es un perro. Es azul.


No paro de leer. No paro de parar de leer. Leo y paro. Parir leyendo. Parar de parir. ¿Y si no paro nunca? ¿De leer o de parir? Tengo tantas dudas, y lo veo todo tan claro, que me voy al pub. He quedado.


Con amor por los siglos,


Lu



Londres, a 15 de septiembre de 2011.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Khasihma

Muy fuerte.

Trabajando en la librería me toca poner precio a muchos libros cada día, libros que vienen de los lugares más remotos, que la gente vende o dona o simplemente aparecen por arte de magia, multiplicados.

Consulto un par de páginas web, decido el precio (atino bastante) y los coloco en las estanterías. No doy abasto, no me caben, pero siempre termino apañándomelas y reciclo pocos.

El otro día, al poner uno de estos precios, me encontré con un número de móvil apuntado en la primera página: Khasihma – 076856370. Es un número inglés, la librería está en Londres, en Bloomsbury para más señas.

Desde luego no era la primera vez que me encontraba un número de teléfono. Llevo siete años como librera profesional y a estas alturas me he encontrado de todo, desde postales de mal gusto a todo tipo de inscripciones o dedicatorias.

Siempre que aparece un teléfono me imagino que lo apunto y luego llamo y empieza una aventura, de esas que incluyen por supuesto sexo con desconocidas y quebraderos de cabeza. Nunca había llamado.

Sé que suena típico, pero no sé qué me llevó a actuar esta vez. Lo hice y punto. Llamé y no me contestó nadie, el número estaba en desuso. No me quedé hecha polvo ni nada parecido, de hecho habría seguido preciando más libros si mi compañero, al contarle que acababa de llamar a un número que me había encontrado en un libro cualquiera de matemáticas, no me hubiera dicho que años ha el conoció a una Khasihma. Una chica muy guapa, al parecer. No me digas más, pensé yo. Obviamente era necesario llegar al fondo de semejante cuestión.

Por suerte, otro compañero se acordaba de que la chica que justo había vendido ese lote de libros entre los que se encontraba el mío había dejado también un email para que la contactáramos si alguna vez nos topábamos con un libro concreto que ella nunca encontraba por ningún lado. Me lo habían puesto en bandeja.

Lo que no me esperaba, y no sé si esto vuelve a ser típico o no, es que la chica del email tardara sólo veinte minutos en responder. Me había inventado una triste historia sobre una tal Khasihma que era mi tía que huyó en un barcucho de Mumbay a Nueva Zelanda por motivos religiosos y desde hacía tropecientos años no sabía nada de ella.

Me dijo, lo juro, que su amiga Khasihma se llamaba así por una mecenas que su madre tuvo a los veinte años, mientras trataba de abrirse camino en la escena teatral neoyorkina en los setenta. Dicha mecenas era originaria de Mumbay y efectivamente tuvo que esconderse en Nueva Zelanda por motivos que nunca nadie supo. Bueno en realidad se fue a Australia, pero estaba convencida de que tenía que ser la misma mujer.

Yo flipé, claro.

Pero resulta que la chica me mandó ese email desde el aeropuerto, pues volvía a casa (Washington D.C.) tras haber terminado un máster en periodismo internacional. No pensaba regresar en el futuro más próximo. Su amiga Khasihma, sin embargo, aún estaba en Londres, aunque también estaba a punto de volver a los Estados Unidos en las siguientes dos semanas.

Así pues, no tenía tiempo que perder.

Le pedí el email, o el facebook, lo que fuera, de su amiga y le expliqué que su móvil no parecía funcionar.

Me contestó a todo y además me dejó saber que el fin de semana anterior, de fiesta, a Khasihma se le había caído el móvil en el lago de Hyde Park y que como se iba a marchar enseguida no tenía intención de comprase otro. Conseguí hasta que me diera la dirección de su residencia de estudiantes, que por suerte estaba a tiro de piedra de mi librería.

En cuanto salí de trabajar me acerqué a la residencia, pregunté por ella y la recepcionista muy amable me informó de que Khasihma había abandonado, hasta arriba de maletas, el lugar hacía tan sólo una hora. En taxi.

Le pregunté si sabía a dónde se había marchado pero no supo qué decirme. Cuando ya estaba a punto de resignarme, tan cerca como había estado de un posible idilio, la recepcionista me gritó y yo volví hasta ella. Me dio una tarjeta que se había caído de una de las maletas de Khasihma.

Era una tarjeta plastificada de una tienda de ropa de segunda mano que yo conocía bien, y en el reverso había apuntado a boli un horario: de 7 a 8. Huelga decir que con las mismas me subí a la bici y pedaleé hasta la tienda. Logré llegar a las 7.45.

Entré como quien no quiere la cosa y con disimulo miraba a todas partes con las orejas bien abiertas. A un palmo de los probadores oí cómo alguien le decía a otro alguien que Khasihma era la chica más guapa que había visto en su vida. Noté que empezaba a faltarme el aire.

Pero, ¿¿¿dónde estaba Khasihma???

Esto me lo contestó ipso facto el segundo alguien: se había ido a cenar al McDonalds.

Y así acaba este romance sin consumar, no sólo porque la dieta de Khasihma deje muchísimo que desear, sino porque mi vida no es una novela de Paul Auster y nunca llamé a ningún número de teléfono, para empezar.

Give us a break, Paul!

viernes, 26 de agosto de 2011

La primera reunión de Lu

"¡Ayyyyy si hubiera prestado más atención a Magny cuando pude!", se lamentaba Lu mientras cicleaba con la lengua fuera por las calles londinenses camino de cierta agencia literaria. Había pasado las últimas 36 horas (descontando las horas de sueño) en la mansión de un filósofo inglés celebérrimo, de esos con pelo largo y cano que cada dos por tres son invitados a la BBC para hablar sobre temas importantísimos. ¿Que a qué se debía esta reclusión en la mansión de este tipo? Pues a que le estaba comprando su biblioteca: abuelos que se pasan al e-book. Mierda puta. The philosopher tenía dos secretarias/estudiantes que le ayudaban a ordenar papeles y le reían las "gracias". Lu metía libros y más libros en cajas (52 en total, gracias por no tener ascensor) y sus pensamientos oscilaban entre esto y aquello. No os lo voy a decir.


Pero Lu no sólo carga libros y es venerada por filósofos famosos - ser una tipa dura con cero ganas de escuchar sandeces y encima tacharlas de ingeniosas es lo que tiene: hey Lu, ¿qué opinas de esto? ¿y de lo de más allá? Os voy a decir lo que opina Lu: ¿me dejas que termine de subir las escaleras con esta caja que pesa un quintal? ¿por qué estás todavía en pijama si son las dos de la tarde? - El caso es que Lu no sólo es una librera sexy, eso siempre; ahora le ha dado por querer ser editora, o montar su propia editorial, o algo así.


Por fin pudo zafarse del filósofo en pijama y por poco llega tarde a la primera reunión de negocios de su vida. Súper guapa, con las gafas puestas para aparentar seriedad, sin el casco de la bici y con su mejor sonrisa. Y la tiene bonita eh. Había ido a cerrar un trato: comprar los derechos del libro X de la autora Y que tanto le gusta y que le encantaría poder traducir y publicar como segundo título de Automática Editorial. El primero es sorpresa, aunque si la conocéis bien no podría ser otro. Emoticón de sonrisa con guiño.


Lu memorizando numeritos


La condujeron hasta un despacho con techo descubierto, es decir, un cubículo. Al otro lado de la mesa se sentaron las dos representantes de "derechos extranjeros" o "foreign rights" de la agencia y la frieron a preguntas. Lu se sintió tan o más abrumada que nunca, se quitó las gafas, notó que sudaba a mares, pero aguántó el tipo como una campeona y por su boca comenzaron a salir cifras, porcentajes, tiradas, nombres. De todo salía, y en inglés. Se había aprendido todos esos datos de memoria, no sabía muy bien qué estaba diciendo, tuvo que recular en alguna que otra ocasión, pero terminó satisfecha. Soltar números a lo loco es divertido. Las agentes la miraban complacidas y Lu se lo pasó pipa. Además, llevaba su nueva cadena de la suerte, regalo de su socia. Emoticón sonriente.


Fue una buena reunión. Magny habría estado orgulloso.

jueves, 18 de agosto de 2011

Vacacionis finit


A dos meses y medio de arrasar en la treintena paseaba sola por la Fiesta Grande de Gijón. Pasaron hartas cosas, chupis y rollas, pero lo más importante son las decenas de nuevas resoluciones que volví a tomar. Dar un cambio radical y consciente a la propia vida no es tarea fácil.

Es posible que inlcuso mi blog, que pronto podría desaparecer para dar paso a otro, vaya tomando un rumbo nuevo: cómo montar tu pequeña editorial.

1. Inventarte un catálogo espectacular. Vais a flipar; no he sido librera en el UK siete años para nada.

2. Nombre molón: Automática Editorial.

3. Socios que saben, que comparten.

4. Otras cosas.


Es una nueva etapa para La Chica Automática, que de automática a lo RAE poco le queda ya. A veces los disgustos ocurren. A veces vas a comprar libros a la cacho-casa de Lady Bonham-Carter y te regala su colección de Diarios de Anaïs Nin. A veces algo te parece imposible: eh eh eh, ¿en serio este libro jamás ha sido traducido al español? ¡Sí hombre!

Pues para eso estamos. Sobre todo para seguir manteniendo un día a día divertido, literato y, a ser posible, de vuelta en Madrid. Aunque aquí siempre sea de noche; aunque los peregrinos te produzcan urticaria; aunque lo que sea.

Unos relaticos judíos y súper bien.

lunes, 8 de agosto de 2011

Final feliz

En Madrid siempre es de noche, tiendo a olvidarlo.

London is home. Madrid was.

I like Madrid, pero siempre es de noche.

Necesito, más que nunca, un mecenas, irme a Alaska.

Cuando me imagino tan agustito en mi cajita de cristal: oh oh.

Estoy leyendo un libro buenísimo, mejor que eso incluso, pero no puedo decir cual es. Es de un ruso, obviamente.

Si la vida no es una película, ¿qué es? No es una película; ni siquiera una tragedia.

A veces es mejor así (no hay nada peor que Haneke's Funny Games). Otras veces ojalá sí estuviéramos en medio de un guión, con final feliz.

Esto del final feliz es muy importante.

Me voy al médico.

jueves, 14 de julio de 2011

Enfados estivales




¿Qué tal Lu?


Esta pregunta, tan fácil, tan típica, tan educada, que nadie me la haga hoy. Aviso.


¿Que qué tal?


Pues mira, súper bien.


Entraba a currar a las 10.30 pero mi jefe me pidió ayer que le acompañara, empezando a las 9, a Oxford (desde donde se lleva la tienda online, creo que ya lo he repetido sietemillonesdeveces) porque el otro día compraron la librería de alguna universidad y al parecer había muchos libros en español y pónme un poco de orden porfa.


MENTIRA




50% libros en italiano


45% libros en alemán


2% libros en francés


1% libros en portugués


1% libros en catalán


1% libros en español


Eso sí, las cuatro cajas en español conforman una colección acojonante de clásicos e inéditos españoles e hispanoamericanos. He sido bastante comedida y sólo me he quedado con los Gómez de la Serna.


Ha sido el día más aburrido de mi vida. Además, en los almacenes de Oxford apestaba a atún, porque los ingleses son unos guarros con unos dientes horrorosos.


A la vuelta me ha tocado sentarme en la parte de atrás de la furgoneta = donde van las cajas = yo me mareo hasta en los aviones = súper bien. Porque al parecer un cliente tiene prioridad sobre un trabajador. Ok, que te cubra el cliente el sábado, seguramente yo no podré porque seguiré echando la pota tras tanto traqueteo infeliz y gratuito.


¿Que qué más?


No quedaba bacon caliente y lo único que se podía desayunar en la cantina de Oxford era un bocadillo de bacon crudo y frío. A la hora de comer justo se habían acabado las jacket potatoes y sólo quedaban paninis que después de ser aniquilados en el grill quedaban hechos un fistro, reducidos a una laminita que sólo ha conseguido abrirme más el apetito. Habría comido más, pero ha sido en ese momento cuando uno de los ingleses ha decidido esparcir una lata de atún por todas partes menos en su boca. ¡Apestación!

Quiero irme a mi casa.


¡Oh, beca: estuviste tan cerca!

sábado, 9 de julio de 2011

Alegrías estivales


Hoy he retomado el piano. No recuerdo si el cumpleaños de mi padre es hoy, mañana o pasado. El de mi madre seguro que es el 20. Creo que es el 11. Anyway. Mi fastuosa carrera como concertista profesional se vio auto-truncada cuando en 3º de EGB cambié el solfeo y las teclas por los patines. Muchos años después, hoy mismo, he decidido aprovechar que es sábado, no trabajo y no hay nadie en casa. Es rarísimo. Tengo dos pianos para elegir y he optado por el clavinova de la griega que toca el piano. La otra griega acaba de entrar por la puerta, ya me parecía extraño que esto estuviera tan tranquilito. Llevo dos horas practicando el principio del Ecossaise de Beethoven y tengo mis propios nervios destrozados. Sólo tras recurrir a youtube he comprendido cómo debería sonar esta pieza; ya la tengo bastante domesticada:


(obviamente no soy yo)


Esta semana ha sido un tanto plof. Secretos que una tiene. Pero no me desanimo too much y la vida en Londres continúa. La verdad es que era un plan estupendo, qué rollo que no haya salido.

Primicia:

La griega que toca el piano me hizo hacer una lista con las características concretas, tanto externas como internas, de mi chica ideal. El resultado, dear readers, me ha dejado perpleja: mi chica ideal - aunque tenga el pelo rojo en vez de rubio - es Ro. Por supuesto inmediatamente la llamé y le confesé mi amor recién descubierto y le encantó la noticia, a pesar de estar casada y embarazadísima de su marido. ¡Hola Carlos!

¡Alegrías estivales!


sábado, 25 de junio de 2011

Londres, lectores. Lectores, Londres.

Al mes de vivir en Londres trabajaba en el café del British Film Institute (BFI). Un día soleado, mientras servía Pimms a la clientela que gozaba del buen tiempo a orillas del río, una conocida me visitó y con ella trajo a un amigo suyo, un chico de Madrid que llevaba una camiseta de tirantes anchos blanca y una gorra. Yo aún no sabía que ese chico iba a ser Maic, uno de mis pilares fundamentales a lo largo de mis años londinenses. Esta es una de las cosas que más me gustan, cuando echas la vista atrás y piensas en cómo y cuándo conociste a tal o cual y lo poco que te imaginaste que esa persona fuera a convertirse en alguien tan importante. Porque Maic y yo no nos hicimos amigos hasta justo un año después, cuando por circunstancias de la vida una tarde quedamos para tomar unas cervezas en Hoxton Square...

miércoles, 22 de junio de 2011

Brujulilla y Pacotilla (6a parte)




Brujulilla, oséase moi, no recuerda muy bien qué pasό el último día. El caloraco, la profunda falta de sueño y una alergia brutal al polen la tenían sumida en un semi-letargo comatoso y precario. No les quedaba dinero, así que cruzaron la ciudad entera en lugar de coger el metro para llegar a Brussels Midi. Y es que Pacotilla estaba empeñada en saber a 100% ciencia cierta si su autobús el día siguiente al aeropuerto salía desde allí. Pero cari, si te dejό ahí a la ida, qué dudas tienes?!?! Pacoti es así, precavida y tía buena. Yo la adoro.

De camino pararon en una librería de segunda mano y, bajo el providencial consejo de Brujulilla, Pacotilla se comprό Estupor y temblores (Amelie Nothomb) en frenchute. Nunca está de más presumir de las amigas y confirmaros, oh audiencia exquisita, que Pacotilla, si bien solidaria hipocrita, ha aprobado el nivel 1 de francés en la EOI sin apenas dificultades.

Pacotilla, cuyo prόximo viaje no sera con Brujulilla sino con otra, la Mujer Desconocida que se llama Rocío pero que no es Ro. A Cuba se van, a quedarse preñadas de algún mulato y no regresar nunca más. Este es el plan de Pacoti, siempre tan intercultural.

Una vez el asunto del autobús estuvo claro, Brujulilla puso rumbo al sur de Bruselas: Little Africa. A Pacotilla tantos hombres oscuros y guapísimos la tenían cautivada. Comieron un sandwich reseco en una plaza muy molona que les recordό a Madrid. Madrid te anmo! Después caminaron hasta el Museo del Cόmic, donde Brujulilla adquiriό Tintín y las joyas de la Castafiore y una postal de Eddie Merckx. Las nubes de evolución por fin hicieron acto de presencia tras tantos días de bochorno sin igual y se puso a llover justo cuando tomaban un heladinchi en el Jardín Botánico.

Volvieron al hotel – aún no era hora de cenar – y, mientras Brujulilla se daba un baño y leía la infumable Rebeliόn de los fumadores, Pacotilla se echό la siesta porque, siempre precavida, sabía que esa noche no iba a poder dormir las horas suficientes puesto que debían levantarse a las cuatro de la mañana.

Cenaron un menu japonésido que estuvo horrendo y cruzaron por última vez el Risky Sex de vuelta al hotel. Fue un día simple y la vida real las esperaba en pocas horas.

Brujulilla casi pierde el Eurostar pero nunca he perdido nada en mi vida, listos. Le tocό sentarse junto a una señora que consideraba razonable ponerse a jugar a alguna gilipollez con el Iphone a las cinco de la mañana. Con las mismas huyό al vagόn-cafetería y desayunó porridge y contemplό el paisaje por la ventana hasta que unos niñatos irrumpieron en el vagόn super emocionados por ir a Londres y volviό a su asiento, asesinό con su mirada de Superlibrera Sexi a la mujer del Iphone y comenzό a escribir Las breves aventuras de Brujulilla y Pacotilla en Bruselas.

A saber qué hizo Pacotilla. El avión seguro que no lo perdiό porque llegό al aeropuerto con tres horas de antelaciόn. Precavidilla.


De izq a dcha: Pacotilla, Brujulilla y Ana Brown en el papel de Miranda.